Hace dos días, el entrenador del Valencia, Unai Emery, hizo una propuesta a la que creo que hay prestar atención. Estas fueron sus palabras:
Igualmente ha habido errores arbitrales que en su momento nos favorecieron pero que tanto en Zaragoza como en Mestalla contra el Sevilla sufrimos en contra. Desde una posición de máximo respeto hacia el arbitraje y sabiendo de la dificultad por el contexto en el que trabajan, creo que se podría encontrar una fuente potencial de árbitros en jugadores de 2ª B, donde, desde la experiencia de ser futbolistas, se les prepare para ser árbitros. Se trata aquí simplemente de una opinión y de una idea que he querido sugerir. Pero sobre todo, insisto, con mucho respeto hacia el estamento arbitral.
Por una vez tengo que dar la razón a un entrenador. ¿Sacar árbitros de entre los jugadores de 2.ª B? Por supuesto. ¿Sacar árbitros de entre los inmigrantes? Por supuesto. ¿Sacar árbitros de entre los estudiantes de secundaria? Por supuesto. ¿Sacar árbitros de entre las féminas? Por supuesto. Tan de acuerdo estoy con él, que incluso se podría sacar un árbitro de mí. ¿Por qué no? Este es un país libre, democrático y todo eso, y cualquiera puede presentarse a árbitro. Bueno, cualquiera no, porque gracias a la crisis parece que tenemos excedente de árbitros y algunos comités ya están poniendo condiciones de edad, por ejemplo, para acceder al cursillo. Pero de aquí a unos años volveremos a las andadas y ya cualquiera podrá ser árbitro. Incluso los jugadores de 2.ª B, señor Emery.
Mi impresión es que el señor Emery tiene algún hijo o sobrino jugando en 2.ª B y se ha dado cuenta de que la profesión de árbitro es cojonuda: buen sueldo, se viaja, se está en forma, es una profesión respetada por la sociedad... Vamos, que habría que hacer una campaña entre las madres de España: "No, por favor, dejen de recomendar a sus hijos que se hagan árbitros, que ya hay muchos".
Como decía, ojalá muchos jugadores de 2.ª B dejaran sus equipos y se acercaran a su comité más próximo para apuntarse al cursillo de iniciación. Porque tendrán que hacer el cursillo, ¿verdad, señor Emery? Luego, tras unos meses de teoría, hala, a arbitrar, que para eso estamos. ¿Les metemos directamente a arbitrar en 2.ª B o mejor ya en 2.ª? No, lo digo, porque como los árbitros de segunda no valen para una mierda, sería muy guay meter sangre fresca en la plantilla.
Incluso podríamos regular que los jugadores de 2.ª B que en su último año hayan jugado la fase de ascenso a 2.ª puedan comenzar su carrera arbitral en la primera división. A ver, hagámosles hueco: Iturralde, a casa por viejo; Turienzo y Lasa, porque llevan muchos años; Undiano también, que ya ha pitado un mundial y para qué más; yo también quitaría a Velasco y a Rubinos, porque, porque... porque hay que hacer hueco a los que vienen por abajo. En su lugar metería a dos o tres del Lemona, por eso de mantener la cuota vasca; a alguno del Benidorm, que los colegiados levantinos siempre dan mucho juego; y, por supuesto, a un par de ellos del Pájara Playas, que ya hace mucho que no vemos árbitros canarios por la primera división.
Incluso si se animara algún jugador de segunda, del Córdoba o del Ferrol, yo le daría directamente la escarapela. Donde va a parar, hombre, no vamos a comparar a Iturralde, por ejemplo, con sus casi treinta años de inexperiencia arbitral, con ese jugadorazo que como mucho llevará diez años en 2.ª B. Eso sí, su experiencia es con el balón en los pies, que es la que vale.
Y ya que estamos, señor Emery, propongo (esta se la regalo) que los jugadores de tercera sean asistentes en primera; los de preferente, asistentes en segunda; los de primera regional, asistentes en segunda B; y los chavalillos de fútbol base que sean asistentes en tercera y se vayan fogueando.
Eso sí, para redactarles el acta contratamos a "asesores arbitrales" de esos que empiezan a arbitrar a los catorce años, pero que no valen ni para sujetar la cartulina de los cambios. ¿Vale señor Emery?
Igualmente ha habido errores arbitrales que en su momento nos favorecieron pero que tanto en Zaragoza como en Mestalla contra el Sevilla sufrimos en contra. Desde una posición de máximo respeto hacia el arbitraje y sabiendo de la dificultad por el contexto en el que trabajan, creo que se podría encontrar una fuente potencial de árbitros en jugadores de 2ª B, donde, desde la experiencia de ser futbolistas, se les prepare para ser árbitros. Se trata aquí simplemente de una opinión y de una idea que he querido sugerir. Pero sobre todo, insisto, con mucho respeto hacia el estamento arbitral.
Por una vez tengo que dar la razón a un entrenador. ¿Sacar árbitros de entre los jugadores de 2.ª B? Por supuesto. ¿Sacar árbitros de entre los inmigrantes? Por supuesto. ¿Sacar árbitros de entre los estudiantes de secundaria? Por supuesto. ¿Sacar árbitros de entre las féminas? Por supuesto. Tan de acuerdo estoy con él, que incluso se podría sacar un árbitro de mí. ¿Por qué no? Este es un país libre, democrático y todo eso, y cualquiera puede presentarse a árbitro. Bueno, cualquiera no, porque gracias a la crisis parece que tenemos excedente de árbitros y algunos comités ya están poniendo condiciones de edad, por ejemplo, para acceder al cursillo. Pero de aquí a unos años volveremos a las andadas y ya cualquiera podrá ser árbitro. Incluso los jugadores de 2.ª B, señor Emery.
Mi impresión es que el señor Emery tiene algún hijo o sobrino jugando en 2.ª B y se ha dado cuenta de que la profesión de árbitro es cojonuda: buen sueldo, se viaja, se está en forma, es una profesión respetada por la sociedad... Vamos, que habría que hacer una campaña entre las madres de España: "No, por favor, dejen de recomendar a sus hijos que se hagan árbitros, que ya hay muchos".
Como decía, ojalá muchos jugadores de 2.ª B dejaran sus equipos y se acercaran a su comité más próximo para apuntarse al cursillo de iniciación. Porque tendrán que hacer el cursillo, ¿verdad, señor Emery? Luego, tras unos meses de teoría, hala, a arbitrar, que para eso estamos. ¿Les metemos directamente a arbitrar en 2.ª B o mejor ya en 2.ª? No, lo digo, porque como los árbitros de segunda no valen para una mierda, sería muy guay meter sangre fresca en la plantilla.
Incluso podríamos regular que los jugadores de 2.ª B que en su último año hayan jugado la fase de ascenso a 2.ª puedan comenzar su carrera arbitral en la primera división. A ver, hagámosles hueco: Iturralde, a casa por viejo; Turienzo y Lasa, porque llevan muchos años; Undiano también, que ya ha pitado un mundial y para qué más; yo también quitaría a Velasco y a Rubinos, porque, porque... porque hay que hacer hueco a los que vienen por abajo. En su lugar metería a dos o tres del Lemona, por eso de mantener la cuota vasca; a alguno del Benidorm, que los colegiados levantinos siempre dan mucho juego; y, por supuesto, a un par de ellos del Pájara Playas, que ya hace mucho que no vemos árbitros canarios por la primera división.
Incluso si se animara algún jugador de segunda, del Córdoba o del Ferrol, yo le daría directamente la escarapela. Donde va a parar, hombre, no vamos a comparar a Iturralde, por ejemplo, con sus casi treinta años de inexperiencia arbitral, con ese jugadorazo que como mucho llevará diez años en 2.ª B. Eso sí, su experiencia es con el balón en los pies, que es la que vale.
Y ya que estamos, señor Emery, propongo (esta se la regalo) que los jugadores de tercera sean asistentes en primera; los de preferente, asistentes en segunda; los de primera regional, asistentes en segunda B; y los chavalillos de fútbol base que sean asistentes en tercera y se vayan fogueando.
Eso sí, para redactarles el acta contratamos a "asesores arbitrales" de esos que empiezan a arbitrar a los catorce años, pero que no valen ni para sujetar la cartulina de los cambios. ¿Vale señor Emery?
3 comentarios:
totalmente de acuerdo contigo, hace años hubo en mi comite un caso parecido de un jugador que iba a dejar de jugar en 1ª y queria meterse a arbitro, pero queria empezar en preferente directamente. votacion y por supuesto salio que no.
p.d. cambia el dato del ferrol que ahora esta en tercera...
Pues nada, lo siento. Los del Ferrol que piten en segunda B.
Al respecto de este tema, y tratando de quedarse con el fondo de lo que dice Unai Emery, posiblemente sería interesante el "reciclar" a ex-jugadores de Segunda B como árbitros. Mejor conocimiento del juego del que pueden tener ellos, es complicado tenerlo, y eso es algo que no se puede dudar.
Sin embargo, no veo factible la propuesta por lo mismo que comenta el Anónimo de la primera respuesta: un ex-jugador profesional no va a aceptar nunca empezar a pitar en una categoría Provincial, y, aunque debido a sus especiales condiciones, se les pueda incluso acortar los periodos de permanencia en cada categoría si demuestran tener el nivel suficiente, serán árbitros que, como mucho, llegarían a Tercera División por tema de la edad.
Podemos incluso valorar que estos ex-jugadores profesionales no deberían tener límite de edad para acceder a la Segunda División B. Aceptando este hecho, desde luego lo que nunca podrá obviarse es el hecho de que el acceso a la Segunda División B es muy, muy caro. ¿Un ex-jugador profesional sería capaz de memorizar lo que cualquier aspirante a Segunda B memoriza en Reglas de Juego y Reglamentos, y aceptar que va a estar en igualdad de condiciones que cualquier otro árbitro de Tercera que opta al ascenso?
Podría seguir con esta idea, pero el mayor problema que existe es que, normalmente, el que ha sido jugador o es entrenador cree conocer la realidad de los árbitros y no la conoce en absoluto. No conoce la realidad de ir a pitar con 17 años, en solitario, a un campo en el que sabes que si pitas siendo valiente te van a partir la cara, pero lo haces a pesar de todo. No conoce la realidad de, con 16 años, pasarse todo el sábado de campo a campo, malcomiendo un bocadillo en el Metro y sin quitarse la ropa de árbitro de debajo del chándal en todo el día, y todo para sacar adelante la competición de fútbol base a cambio de cuatro duros. No conoce la realidad de que tus amigos te llamen para irte de fiesta cuando tienes 20 años y tener que decir que no puedes porque tienes un partido de tu categoría el domingo a las 12.
Y así, podría seguir con casos prácticos. Un ex-jugador profesional nunca podrá ser árbitro igual alguien que lleva en el arbitraje años para ganarse una categoría. Un árbitro de Segunda B habrá tenido que pitar en un campo de tierra antes poder pisar "un estadio de verdad", y un ex-jugador profesional, posiblemente nunca habrá jugado en tierra más que cuando tenía 15 años. Es muy fácil valorar el trabajo de los demás cuando lo ves desde fuera, y no es hasta que te ves dentro cuando te das cuenta de los sacrificios a realizar y lo que cuesta ganar una categoría. ¿Un ex-jugador profesional va a aguantar que venga un chaval de 25 años, con más de diez años arbitrando pero ninguno jugado, a disputarle una plaza?
Posiblemente no. Por eso, los ex-jugadores, si quieren arbitrar, que lo hagan desde abajo, y se den cuenta de las cosas y de cómo funciona todo. No se puede pretender ser cabeza de león en todo.
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