lunes, 23 de abril de 2012

En el Día del Libro, algo de libros

Hoy no voy a escribir nada de arbitraje, es posible que casi nada de fútbol y solo un poco de deporte.

Acaba de aparecer una nueva editorial en el panorama español, Léeme. No hay mejor día que este para presentar una editorial y no hay mejor día para hablar de libros. Léeme ha inaugurado su catálogo con dos libros, pero promete completar su primer año con un puñado de ellos más.

Por una vez me he leído los dos. El primero de ellos es una aventura de uno de los blogueros más leídos de España, Alfred López, al que muchos conocerán mejor como Ya está el listo que todo lo sabe. El libro, como no podía ser menos, se titula igual. Cuando uno va leyendo el libro le asalta una idea: ¿Pero cómo puede haber alguien que sepa tanto... de todo? Pues así es Alfred López y, además, ha sabido trasladarlo al papel. ¿De dónde viene la expresión...? ¿Por qué se dice...? ¿Es cierto que ocurre...? ¿Quién inventó el...? ¿Cómo surgió...? En fin, son 366 respuestas a 366 preguntas, una por día del año, de esas que no es raro que nos asaltan en algún momento de nuestra vida. 

El segundo libro es más deportivo. Lo escribe Paul Shirley, que, para los que no conozcan a fondo el mundo del baloncesto, fue jugador profesional en la primera década del siglo XXI. Y cuando digo 'jugador profesional', no me refiero a un Kobe Bryant, a un LeBron James, a un Pau Gasol o, por qué no, a un Juan Carlos Navarro. Me refiero a un profesional del baloncesto, a un 'machaca', a un trotamundos. En España jugó en el Juventut de Badalona, en el Unicaja de Málaga y en el Vive Menorca. Deambuló por Rusia, disfrutó (o no, según cuenta en el libro) de Grecia, lo intentó todo lo que pudo en la NBA, en la CBA, en la ABA... El baloncesto fue su profesión y en el libro nos cuenta cómo es la vida de un jugador al que casi nadie conoce. Ahora, ya retirado, se dedica a escribir: empezó con un blog mientras era jugador y de ahí pasó a escribir un libro, colaborar en prensa y a convertirse en uno de los mayores críticos del 'show business'. A algunos puede que os suene el nombre, porque es columnista semanal del diario El País. El título del libro es ¿Me puedo quedar la camiseta? y viene de una de las primeras anécdotas que cuenta en el libro, que nos muestra el camino de por dónde va a ir la historia deportiva de Shirley.

Los dos libros (y todos los que vengan) se pueden comprar en todas las grandes librerías de España, por lo que no creo que tengáis problemas para encontrarlo. Aun así, el editor ha abierto una tienda on-line desde la que podréis comprar los libros, sin gastos de envío. La encuadernación es buena (tapa dura), el papel excelente, la tipografía muy legible... En fin, que el resultado es ciertamente agradable.

¿Y por qué os meto tanto rollo con algo que no tiene nada que ver con el arbitraje, ni siquiera con el fútbol? ¿Acaso soy yo ese anónimo editor del que hablaba en el párrafo anterior? Pues no, no tengo tanta suerte. El impulsor de la editorial Léeme, José Antonio Menor, es un buen amigo.

Buen amigo, que podría dejar de serlo si no le entrego de una puñetera vez el original que le prometí hace ya algunos meses. Uuups, se me ha escapado. Qué más da, me imagino que ahora me denunciará al Tribunal de Autores Bocazas. Algunos me habéis escrito para reprocharme que en los últimos meses no escribía casi en el blog, y es cierto. Otros me acusabais de haberme trasladado al universo Twitter (@pitidoinicial), dejando de lado a un hijo tan querido por mí (y por algunos). Pues he ahí la razón: he estado (y sigo en ello, para cabreo de mi editor) enfangado en un proyecto, un libro, que debería salir a la calle este año. El libro lo estamos escribiendo juntos Javier Bravo y yo. 

Y sí, tratará de arbitraje.

miércoles, 4 de abril de 2012

Programa CORE de UEFA

Hace un par de años, en el verano de 2010, dio comienzo un nuevo programa arbitral promovido por UEFA. Hasta ahora teníamos el programa de Talentos y Mentores, del que ya he hablado varias veces en este blog, para árbitros con categoría FIFA. Habitualmente este programa es para árbitros jóvenes y prometedores, aunque alguna vez se les ha colado algún cuarentón. Prometedor, eso sí.

Este nuevo programa, el CORE, toma su nombre del Centre of Refereeing Excellence de UEFA, un nuevo centro de educación arbitral creado por UEFA en enero de 2010. El programa CORE consiste en que todas y cada una de las 53 federaciones europeas envían a un árbitro y a dos árbitros asistentes para que participen en un curso introductorio, en verano. ¿Cuál es, entonces, la diferencia con el programa de Talentos? Pues que en CORE los árbitros no son internacionales. Son árbitros muy jóvenes, estos sí, que estén entre los 25 y los 30 años y cuyas federaciones consideren que tienen un buen potencial para alcanzar la categoría de internacional.

En este curso introductorio, que dura dos semanas, se hace lo que normalmente hacen sus mayores: preparación de partidos, gestión de jugadores, control del juego, aspectos tácticos y entrenamiento físico. Todo esto apoyado por los instructores UEFA que normalmente trabajan en los encuentros de Talentos, de árbitros Elite, etc. A la cabeza de todo está Yvan Cornu, antiguo mandamás de los árbitros europeos hasta la llegada de Pierluigi Collina y al que ha habido que buscar un nuevo despacho para que pueda pasar los inviernos suizos. Junto a él trabajan como instructores jefe el holandés Jaap Uilenberg y el inglés David Elleray, muy conocidos por los seguidores del arbitraje europeo.

Tras este curso introductorio se sigue la trayectoria del árbitro y de los asistentes seleccionados, que deben pitar partidos de categoría nacional en sus respectivas ligas. Tras siete meses de seguimiento, se les vuelve a convocar a un curso de consolidación, donde se estudia el progreso de cada árbitro. Al final de cada promoción se otorga un diploma a los colegiados que hayan alcanzado los objetivos fijados por los profesores.

He dicho al principio que en este programa participan árbitros de toda Europa y, hasta que las empresas de calificación quieran, España tiene la suerte de seguir en ella. En la primera edición del programa CORE, nuestros representantes fueron el extremeño Jesús Gil Manzano, como árbitro, y Ángel Nevado Rodríguez (extremeño) y Miguel Martínez Munuera (valenciano), como asistentes. Extraña elección de colegiados, hasta que pensamos en las condiciones de la convocatoria: colegiados con una edad entre 25 y 30 años. Y de esos, lamentablemente, hay muy pocos en primera división. De esta primera hornada, solo el valenciano Martínez pertenece a la máxima categoría del fútbol español. Los extremeños arbitran en segunda división.

La segunda edición comenzó en el verano de 2011 con nuevos representantes españoles. En este caso, el árbitro es el valenciano Juan Martínez Munuera, y los asistentes, los también valencianos David Canales Cerdá y Sergio Chinchilla Ortega, que forman trío arbitral en la segunda división española.

Releyendo lo que he escrito me asaltan varios comentarios. Una condición importante para participar en este programa es tener, según la federación respectiva, posibilidades reales de llegar a la categoría de internacional. Y como es esa misma federación la que propone a los internacionales... Vamos, que muy mal lo tienen que hacer a partir de ahora Gil Manzano y Martínez Munuera para que no les veamos con la escarapela de aquí a unos pocos años. Previo ascenso a primera, claro, que ya estamos llegando a las fechas de las quinielas.

Otro dato que me hace gracia, ya veréis por qué, es la elección el primer año de Miguel Martínez Munuera y en el segundo año de Juan Martínez Munuera. Valencianos los dos, hermanos los dos... ¿Os imagináis la cara de los instructores cuando se presente Martínez Munuera, que se supone que se graduó en la promoción anterior...?

El último dato ya no es de risa, sino para que algunos piensen en lo que están haciendo o, mejor aún, en lo que no están haciendo. De los seis seleccionados en estas dos ediciones, cuatro son valencianos. A lo mejor tiene algo que ver que en los últimos años son el comité más potente en cuanto a los ascensos de colegiados a 2.ª B. Bueno, este dato no tiene mucho que ver, sino que demuestra que el comité valenciano está trabajando muy bien con la base, por lo que suben con mucha suficiencia a 2.ª B y llegan a la élite muy buenos árbitros. Ya podía el señor Miller Andrés preparar un dosier sobre su forma de trabajar para entregar dentro de 15 días en Logroño a sus colegas presidentes de comités territoriales. Que la Comisión de Coordinación Interterritorial no tiene por qué ser solo una reunión con el alcalde (o alcaldesa), una foto y una comilona.