domingo, 5 de diciembre de 2010

Del Barça, de nieve, de controladores y ¿de árbitros?

Este fin de semana empezó divertido. Equipos saliendo el viernes por carretera para poder jugar el sábado, aeropuertos colapsados, controladores de reunión indefinida, Europa sitiada por la ola de frío, reportajes en la prensa, que si x horas en autobús, que si ahora el AVE, que si el Barça... ¡Ay, el Barça!

Bueno, este blog no es el sitio adecuado para leer sobre el Barça, sobre todo porque no hubo ningún árbitro implicado. Bueno, por allí andaba Fernando Teixeira, pero sus jefes le dijeron "Espera al Barça", y el esperó. Nada que decir a eso.

Este fin de semana ha habido cabreos: del Barça con el mundo, del Barça con la RFEF, del Barça con AENA... y de todo el mundo con el Barça. Mientras, todos estábamos pegados a la tele, a la radio o a internet intentando saber si llegarían o no, algunos iban tan ricamente en su autobús o en su AVE, más cansados, supongo, pero con la seguridad de llegar a tiempo. Y sin que les dieran un plazo extra para llegar.

¿Y los árbitros? Porque nunca se habla de los árbitros. Jo, pobrecitos los equipos, que han tenido que coger un autobús o un tren. Claro, como los árbitros tienen el avión en la puerta de su casa y un controlador amigo que va a currar para que puedan llegar al partido... ¿Cómo han llegado los árbitros a sus partidos? Porque está claro que los que pitan hoy domingo tuvieron que llegar anoche, sábado, cuando el espacio aéreo ya estaba abierto, aunque el nivel de cancelaciones era altísimo. Sin embargo, los que pitaron ayer sábado, ¿cómo llegaron a sus destinos? ¡Qué pena que nunca nos hablen de eso en la prensa! A lo mejor, así, los aficionados empezaban a ver a los árbitros con otros ojos. ¡Vaya penalti que se ha comido!, gritaría alguien en el campo. Y, a lo mejor, su compañero de asiento le decía: Eh, no te pases, que ha estado diez horas en un coche, porque él tampoco ha podido coger el vuelo, y conduciendo él, porque no le ha llevado el autobús del Barça. Que ya podría, digo yo. Por lo del Villarato y eso, quiero decir.

Ay, los árbitros. De verdad que me gustaría saber en qué condiciones llegaron todos los colegiados a sus partidos. Porque, claro, Forlán falla porque ha tenido que ir en autobús e irse a dormir tarde. Sin embargo, si Álvarez Izquierdo falla, ¿a quién coño le importa en qué aeropuerto de Europa estaba tirado el viernes a mediodía? Porque esa es otra: si el viernes estaba en, digamos, Mordor, ¿cómo pudo estar ese mismo viernes por la noche en Valencia? ¿Y en qué condiciones de cansancio? Bah, eso da igual, ¿no? Con decir luego que le tiene manía al Kun, o que es un árbitro malísimo, lo tenemos todo arreglado, ¿verdad?

Y llego al meollo del asunto. Ya me cansa y creo que no volveré a escribir de nuevo de esto, pero hoy tengo que escribir de la super-guay-reducción de plantilla en primera división. Porque nuestros árbitros son tan malos, que esta semana hemos tenidos hasta 12 colegiados de primera división dando tumbos por Europa.

Joder, diréis algunos, ya está el pesado con lo mismo. Venga, antes de que dejéis de leer, echad las cuentas: 12 colegiados fuera de Europa, de un total de 20 en primera, hacen... Sí, 8 colegiados en su casita. ¿8? ¿Para 10 partidos? Pues a mí no me salen las cuentas.

Quiero decir, que si el equipo de Muñiz no hubiera podido llegar a tiempo a España, que estuvo en un tris, teniendo que volar desde Belorrusia, Muñiz y Álvarez Izquierdo no habrían llegado a tiempo a su partido. Y si no hubiera podido llegar a tiempo ningún de los 12 colegiados europeos, hubiera pasado lo mismo con Teixeira, Borbalán y Mateu. Vaya, no está mal: cinco de diez colegiados no hubieran arbitrado. ¿Y les sustituye, quién? Ah, que no, que no hay recambio, que solo hubieran quedado 3 árbitros libres para cinco partidos.

Escribo estas obviedades catastrofistas, a ver si alguien en el CTA y en la RFEF las lee. Porque es verdad que no ha pasado nada, pero podría haber pasado. Y todavía no he llegado lo peor del invierno. Y este año ha sido por esto, pero el año pasado fue por el volcán islandés, cuando el tráfico europeo se colapsó; y si no, son los controladores franceses, o los pilotos alemanes, o me da igual quién sea, pero llevo tiempo diciendo que 20 son muy pocos árbitros en primera, sobre todo si habitualmente tenemos hasta 12 fuera de España.

Y Teixeira y Muñiz se marchan mañana (o el martes) con Velasco a pitar en Champions, cuando seguro que dejaron sus casas el miércoles pasado por la mañana. Y yo me pregunto, señores del CTA, de la RFEF y de la LFP: ¿cuándo coño se han cambiado los calzoncillos estos dos árbitros? ¿En Polonia, en Belorrusia, en Valencia, en Pamplona, o en un aeropuerto atestado de gente en cualquier parte del mundo? Porque, desde luego, en Santander o en Oviedo, no sé si habrán tenido tiempo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Zürich, 16:00 h

Qué poquito queda. En apenas ocho horas y media sabremos si en el verano de 2018 podremos ver el Mundial de fútbol cerquita de casa. Un Mundial sin Webb, sin Busacca, puede ser que con Irmatov, sin De Bleeckere, no sé si sin Undiano...

Pero que el Mundial venga a España puede tener más implicaciones: si la candidatura ibérica consigue el Mundial, tendremos Ángel María Villar hasta 2018. Si no lo conseguimos, este podría ser el último mandato del único presidente de la RFEF del que he tenido razón.

¿Y los árbitros, qué? Es muy posible que Sánchez Arminio continúe de presidente del CTA lo que resta de "legislatura", pero si conseguimos el Mundial y Villar sigue cuatro años más, ya no puedo asegurar nada. Villar nombrará a quién quiera para el CTA, gracias a la ley del deporte, esa que cuando no le gusta algo va corriendo a chivarse a Blatter. Y así como no se me pasa por la cabeza quién podría sustituir a Villar en caso de que perdamos el Mundial y no vuelva a presentarse, tampoco tengo ninguna idea de quién podría ocupar el sillón de don Victoriano. A lo mejor me llevo una sorpresa y ese candidato desconocido está todavía en activo. O gana la oposición y tenemos a López Nieto durante unos añitos. No, no lo veo. El que gane la oposición (¿cuál?), quiero decir.

Eso sí, si esta tarde ganamos la carrera por el Mundial de 2018, lo que es seguro es que un árbitro español estará en él. Si ya es difícil imaginarse que no haya ningún español en Brasil 2014, sería imposible que no hubiera ninguno en nuestro Mundial. De todos los internacionales que tenemos ahora (cada vez menos), solo tres llegarían, por edad, a ese Mundial: Undiano Mallenco y Fernández Borbalán, estos en su último año; y el todavía no oficialmente FIFA Mateu Lahoz, que podría, incluso, estar en el de 2022 (¿Qatar, Australia, Estados Unidos?).

Y luego ya nada. Podría haber otros candidatos, que todavía no conocemos. Es de suponer que el siguiente internacional será el catalán Estrada Fernández, que llegaría a la cita mundialista. Y a poco que le vayan bien las cosas, también podría estar ahí el castellano-leonés González González. Si hay alguno más, ahora mismo está en segunda; pero no lo descarto, porque todavía quedan ocho años para el Mundial y eso es muuucho tiempo. Recordad que Medina Cantalejo arbitró en un Mundial apenas cuatro años después de estrenar escarapela.

¿Quiere decir esto que empieza la carrera? Ni mucho menos. Primero tenemos la Euro 2012, que quién sabe qué pasará. Yo lo tenía claro, pero me llegan cantos de sirena y no me vendría mal dejar esa opción ahí a la vista. Y el Mundial de Brasil, donde lo tenía un poco menos claro y ahora no lo tengo claro en absoluto. Y la Euro 2016, y muchas finales de Copa y muchos Barça-Madrid. Y con poquita suerte, alguna final europea.

Pues nada, a seguir comiéndome la cabeza hasta las 16:00 h de hoy; y con lo que ocurra en Zürich, ya veré luego por dónde corren mis pensamientos.