Hoy quiero contaros una buena historia. Debo reconocer que ya la tenía escrita, pero la he releído y no me convencía del todo. Digamos que mis tonterías ocupaban más espacio que los verdaderos protagonistas: Marcelino Maté Martínez y Julián Rodríguez Santiago, burgalés y vallisoletano, presidente y director. El uno, presidente de la Federación de Castilla y León de Fútbol; el otro, director del Centro de Tecnificación Arbitral de la misma federación.
La historia empieza, tal vez, en el verano de 2009. Bueno, me imagino que empezó unos meses antes, cuando el Sr. Maté paseaba por la Avenida del Cid de Burgos. Me imagino al Sr. Maté, bien abrigado, penando bajo el frío burgalés, y pensando “¿Qué podemos hacer?”. Esa fue la preocupación del presidente durante unos meses, hasta que otro presidente, el del CTA, le dio la solución. Bueno, don Victoriano aquí solo es actor secundario, pero ayudó a que la historia se desarrollara: a finales de la temporada 2008/09 retiró a Rodríguez Santiago. Y de esta forma tenemos a un presidente con una idea en la cabeza (ya pasó el tiempo del qué-podemos-hacer) y un ex-árbitro con algo de tiempo libre. Sigo imaginándome que luego siguió una llamada telefónica, “Oye, Julián, soy Marcelino. Que estaba pensando en algo y quería saber qué te parecía la idea”. Y Julián le pediría un poco de tiempo para pensarlo. “Pero no mucho, que ya estamos en verano y quiero ponerlo en marcha para esta temporada, ¿eh?”.
Y llegó la temporada, la 2009/10, la pasada, la primera temporada en la que existe un Grupo de Talentos en la Federación de Castilla y León de Fútbol. Habían sido unos meses, pocos por la urgencia de la idea, de llamadas telefónicas, de reuniones, de “¿Y si...?”, de pedir favores por aquí y por allá, de buscar instalaciones, de contactar con profesionales, de ver albergues por la región (y estamos hablando de la región más grande de España, no lo olvidéis), de hacer cuentas y más cuentas, porque si estamos en crisis, el fútbol lo está más, y el mundo del arbitraje para qué contaros.
Julián Rodríguez ya era el director del nuevo Centro, pero necesitaba colaboradores. Si hubiera sido por él, supongo que habría optado por contratar a un subdirector, a un gerente, a un jefe administrativo, quizás a un jefe de estudios, a un preparador físico, a algún psicólogo, tendría que pedir presupuesto para las instalaciones, comprar el material deportivo, los uniformes de los chavales... Ah, me olvidaba de la segunda parte de la conversación con el presidente: “Por cierto, Julián, que ya sabes que no tenemos un duro. Haremos lo que podamos, pero tendrás que buscar la forma de ponerlo en marcha con lo mínimo”. Bueno, yo no conozco al Sr. Maté. A lo mejor es más cheli y dijo algo como “puñetero duro” y “buscarte la vida”, pero creo que la primera versión es más elegante, así que me quedo con ella.
Ahora al que me imagino es a Julián caminando por la Avenida de Lope de Vega de Medina, esta vez sin frío, porque recordad que estamos en verano. Y pensando “Vale, tengo que poner en marcha un Centro de Tecnificación Arbitral sin dinero, sin personal, sin estructura. Bah, no creo que sea más difícil que pitar un Madrid-Barça”. Qué ingenuo. Lo primero que hizo fue buscar colaboradores y se acordó de dos amigos... “No, no creo que quieran, llevan tanto tiempo alejados del arbitraje...”. Pero hizo las llamadas y se sorprendió. Le dijeron que sí. ¿Quién se podía negar a colaborar en un proyecto así? De esta forma ya tenemos al equipo fundacional del Centro, junto al director. Estos dos hombres son Teodosio Hernández Velázquez y Eugenio García San José, ex-árbitros, uno más conocido que el otro, pero con buenas ideas y, sobre todo, con ganas de ponerlas en práctica.
Y así, poquito a poquito, y echándole morro (¿os acordáis de lo de los favores?), el 21 de octubre de 2009 se reunió el primer Grupo de Talentos castellano-leoneses. Fueron 24 chavales (entre ellos dos chavalas) de la regional castellano-leonesa, lo que en una comunidad tan grande significa que arbitraban a nivel provincial, seleccionados por las distintas delegaciones bajo la batuta del equipo técnico del Centro. Sí, Julián, Teodosio y Eugenio. ¿Requisitos? Tener menos de 21 años, llevar al menos 2 años en la organización arbitral y haber demostrado cierta proyección. Y querer participar en este proyecto, por supuesto. Posteriormente, y armados de optimismo, decidieron ampliar la convocatoria a árbitros de primera regional (la preferente de toda la vida) y de tercera división, para lo que eligieron a otros 11 jóvenes, alguno de 22 años, que completaron los 35 de la primera promoción de este Grupo de Talentos.
Y hasta aquí la historia. A partir de ahora, empieza lo bueno: ¿Por qué las preocupaciones del presidente? ¿En qué consiste este Grupo de Talentos? ¿Qué hacen? ¿Cómo ha ido? ¿Seguirá en marcha el proyecto?
El presidente, en sus fríos paseos burgaleses, pensaba “Tenemos dos árbitros en primera, uno de ellos novato [González González] y el otro a punto de jubilarse [Turienzo Álvarez]; tenemos a un debutante en segunda [Valdés Aller]; y cinco árbitros en segunda B, dos de ellos debutantes”. Además, al presidente le preocupa que los árbitros castellano-leoneses suelen despuntar en el cursillo de ascenso a segunda B, año tras año, con sus colegiados en los mejores puestos, pero no terminan de asentarse en la nueva categoría. Es decir, mucha preparación teórica, pero luego les falta algo para quedarse en segunda B y seguir proyectándose hacia arriba. Así que por ahí fueron los tiros en la conversación con Julián Rodríguez, que, como ex-árbitro, algo sabe del tema. “Presidente, es que no todo es un examen, ni saberse al dedillo las reglas de juego, ni saber redactar un acta correctamente, ni saber hacer una liquidación, ni ser el mejor atleta del grupo. Hace falta algo más”. Y, a lo mejor, el presidente le respondió “¿Y ese 'algo más' se puede enseñar?”. Y ahí Julián cavó su tumba. La del tiempo libre perdido, quiero decir.
A ese 'algo más' es a lo que se dedica el Grupo de Talentos. Por supuesto, también estudian el Reglamento, pues no dejan de ser colegiados jóvenes e inexpertos; también aprenden lo que yo llamo Derecho Arbitral (actas, anexos, etc.); por supuesto que también estudian Economía Aplicada al Arbitraje (liquidaciones, redacción de recibos, etc.); y qué decir de la Educación Física. Imprescindible. Pero aparte de todo eso, estudian cómo ser árbitro. Veamos cómo, por si a alguien le pica la curiosidad.
En primer lugar, las reuniones mensuales. Una vez al mes se reune el grupo en Valladolid, en la sede de la federación. Se ha programado una cita de cinco a ocho y media de la tarde, mitad teórica y mitad práctica. La parte teórica es lo que todos entendéis por teórica: clases de reglas, de economía, de derecho, de ética, de estética, de... Volveré a ello más tarde. La parte práctica, entrenamiento y educación física. No, esperad, que me he equivocado. En la parte teórica estudian educación física y en la parte práctica estudian reglas de juego. No, no, esto suena raro. Me habré liado otra vez.
Pues no, no me he liado, porque así se hace un programa de aprendizaje de élite, que es lo que pretendió desde el primer momento el presidente de la federación. ¿Alguno habéis leído (o sufrido) los programas de las reuniones técnicas de Santander y Madrid de los árbitros de primera y segunda? ¿Alguno sabéis lo que hacen los colegiados internacionales en sus concentraciones de UEFA o de FIFA? Pues yo sí, y os aseguro que este programa regional no tiene nada que envidiarles, salvo tal vez el dinero que tienen asignado para llevarlo a buen puerto. Pero todo llegará.
Esos encuentros mensuales en Valladolid no son la típica clase donde un profesor les suelta el rollo durante dos horas y luego se van todos a dar unas vueltas a una pista de atletismo. En estas reuniones les dan clases de preparación física y prevención de lesiones, a cargo de un preparador físico de la federación; clases de psicología arbitral, a cargo de psicólogos del comité de entrenadores; clases de reglas del juego, a cargo del equipo técnico del Centro... En fin, un programa completo. Pero lo mejor es la metodología, muy alejado de lo que estamos acostumbrados en las clases de otros comités territoriales. Vale, ¿clases de reglas de juego? Sí, en una sesión se hizo hincapié en cómo utilizar el sentido común a la hora de aplicar las reglas. En otra, técnica corporal (uso del silbato, señalizaciones, carrera...) y colocación en el campo. En otra, estudio de los vídeos de FIFA y UEFA, estudio de los vídeos de los participantes en el Grupo... Bueno, os hacéis una idea. Los entrenamientos de estos encuentros mensuales, además de lo que todos tenemos en mente, añaden arbitraje de partidos, entrenamiento de situaciones conflictivas con equipos de la zona o selecciones inferiores castellano-leonesas, todo ello grabado en vídeo para un posterior análisis en grupo. Exactamente, lo mismo que hicieron los colegiados del Mundial, vaya.
Además de estas reuniones mensuales, los chavales se concentran durante un fin de semana cada tres meses en Palencia. En estas concentraciones hacen lo mismo que en las reuniones 'pequeñas', pero a lo bestia. Las clases se transforman en mesas redondas donde hablan médicos (prevención de lesiones y nutrición), psicólogos (control de daños, manejo del estrés, motivación), preparadores físicos, árbitros, seleccionadores regionales, jugadores profesionales, periodistas... Se arbitran partidos, se comentan entre todos, se visionan vídeos, se hacen los mismos tests que en categorías superiores, se les hace pasar pruebas físicas con mínimas más severas que las que les corresponden en sus categorías, algunas de las charlas o de las discusiones son en inglés...
Por supuesto, durante toda la temporada los miembros (recordad, tres) del equipo técnico se desplazan todas las semanas a ver a sus 'pupilos' arbitrar y elaboran informes de progreso sobre ellos. En esta primera temporada hicieron unos 110 informes de estos, que luego comentan en las reuniones mensuales. ¿Hay exámenes en este proyecto? Pues como tal, no. Ya he dicho que se hacen tests, se imitan las condiciones de exámenes de categorías superiores, se pasan pruebas físicas, pruebas médicas, etc., pero nada que diga “Has tenido un 0, estás nominado para abandonar la casa”. No, perdón, que ese es otro proyecto. Sociológico, dicen. En este Grupo de Talentos hay lo que podríamos llamar evaluación continua. Si progresas, continuas; si no progresas, aunque seas bueno, lo dejas. Y han progresado, vaya si lo han hecho. El año pasado ascendieron 29 de los 35 participantes en el curso. Y os recuerdo, porque no se si lo he dicho antes, que este es un proyecto de la federación, no del comité de árbitros. A buen entendedor...
A finales de este mes empieza el nuevo curso en el Centro de Tecnificación Arbitral, con un fin de semana en Palencia. A partir de ahí, seguirán con el mismo programa del año pasado. Este año solo han seleccionado a 20 jóvenes, para poder darles una atención más personal (¿seguís recordando que solo son tres instructores?). Algunos repetirán del año pasado, otros son nuevos. Que tengan suerte todos.
En definitiva, todo indica que se trata de un auténtico programa élite, que según mis conocimientos es único en España. Ya pueden ir poniéndose las pilas los demás presidentes de comités territoriales, porque de aquí a unos años van a empezar a llegar estos chavales bien arriba. Y va a ser difícil bajarles de ahí. O, por lo menos, para eso se están preparando. Y bien.
2 comentarios:
Bien, me parece una estupenda iniciativa, aunque lo de crear elites o grupos en un grupo de arbitros, ya no muy grande de por si no me parece tan bueno...y encerrarse en una edad menor de 22 pues tampoco lo veo excesivamente acertado con respecto a los demas arbitros del comite.
Por supuesto que lo ideal sería que esta formación se pudiera ofrecer a todo el colectivo, pero todo llegará, seguro.
Por otra parte, precisamente vosotros sabéis que no todos los colegiados están 'en la misma onda', por motivos personales, académicos o profesionales. Unos se contentan con pitar en regional, porque no aspiran a más; otros saben que no pueden subir más, por edad o por otras circunstancias... En fin, que hay de todo.
En cuanto a lo de la edad, tiene que ver con los objetivos que se marcó el presidente: que lleguen muchos castellano-leoneses a primera. Y para eso hace falta coger a la gente muy joven. Además, ¿qué se le puede enseñar a un tío de veintiocho años que lleva más de diez arbitrando?
En fin, tampoco es cuestión de que yo defienda el proyecto al cien por cien, porque para eso están sus creadores. A mí me gusta mucho la idea, aunque soy consciente de sus limitaciones y 'peros'. Como también los son sus impulsores, sin duda.
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