En alguna entrada antigua he dejado caer algo sobre la polémica que surgió con la designación de árbitros españoles para los Juegos Olímpicos de Amsterdam en 1928. Debo reconocer que mis fuentes (La Vanguardia) no eran demasiado fiables. Hoy, con la ayuda de dos hemerotecas más, el Diario de Navarra y El Mundo Deportivo, puedo ampliar un poco la historia, que a estas alturas de siglo, más que polémica, nos puede ilustrar sobre la "vida arbitral" en aquellos inicios de siglo.
Debemos remontarnos a 1924, cuando la Federación decide hacer una votación entre todos los colegios regionales de árbitros para nominar a cinco colegiados como árbitros internacionales. Según lo que he podido leer, este sistema se mantuvo hasta 1930. Puede que durante algunos años más, pero esto no lo he podido confirmar. Un hilo más que investigar. Y ya van...
Pues eso, que de cara a los JJOO de Amsterdam se realizó la preceptiva votación. Antes de darse la lista definitiva de los votos, El Mundo Deportivo dio la noticia de que el Colegio Nacional había solicitado al Colegio Catalán información sobre los siguientes árbitros para enviarlos a los JJOO: Agustín Cruella, Agustín Vilalta y Guillermo Comorera. El Colegio Catalán supuso que esta nominación para los Juegos iba acompañada de su ascenso a la categoría de internacionales. El Mundo Deportivo, además, añadía que estos tres colegiados se unían en esa categoría a otro catalán, José Llovera, indicando que era todo un record del arbitraje catalán. La noticia añadía que los tres árbitros habían aceptado el ofrecimiento de la Federación y estaban listos para partir hacia Holanda.
Unos días más tarde, el propio El Mundo Deportivo rectificaba la noticia, no dejando en muy buen lugar al Colegio Catalán. En esta segunda información se daba una primera lista de la votación seguida en toda España. Los cuatro árbitros que debían acudir a Amsterdam eran, por orden de votación:
- Pelayo Serrano (Colegio Vizcaino)
- Pedro Escartín (Colegio del Centro)
- José Murguía (Colegio Guipúzcoano)
- José Llovera (Colegio Catalán)
Llovera había empatado a votos con el quinto clasificado (por ahora no sabemos quién es), pero se había decidido su inclusión en la lista dado que ya obstentaba la categoría de internacional (lo que implica que el quinto no lo era).
Todo parecía resuelto, pero empiezan a surgir los problemas. En primer lugar, alguien de la Federación se da cuenta de que no pueden enviar a cuatro colegiados, porque la FIFA les había solicitado solo tres nombres, lo que les hace cambiar la lista. Y aquí salta la sorpresa: la lista definitiva consta de Pelayo Serrano, Pedro Escartín... y Guillermo Comorera, este último del Colegio Catalán.
Pelayo Serrano no acepta esa terna y renuncia a su nombramiento por carta. Según la información de La Vanguardia, Serrano se encontró con Comorera al bajarse del tren en Amsterdam, lo que concuerda con el Informe Oficial del Comité Organizador de los JJOO de Amsterdam que da el nombre de los tres como árbitros españoles en el torneo de fútbol. Sin embargo, la nueva información de El Mundo Deportivo deja entrever que Serrano renunció al nombramiento. Aunque tal vez luego se desdijera y tomara el tren a Amsterdam. Por cierto, que Serrano no llegó a participar de ningún modo (árbitro o linier) en los JJOO.
Mientras El Mundo Deportivo explica la polémica de la carta y despide a Comorera en la estación, aprovechan para contar la historia de los nombramientos. Y esta es:
La Federación solicitó a cada una de las regionales el nombre de 10 árbitros que ellos veían capaces de representar al arbitraje español en los Juegos. La votación fue como sigue:
- José Murguía: 6 votos
- Pelayo Serrano: 6 votos
- Pedro Escartín: 6 votos
- José Llovera: 5 votos
- Agustín Cruella: 5 votos
- Pedro Vallana: 5 votos
- Guillermo Comorera: 5 votos
- Ramón Melcón: 4 votos
- Ezcurdia: 4 votos
- Agustín Vilalta: 4 votos
Según esto, los nombramientos ya estarían definidos: Murguía, Serrano y Escartín. Sin embargo, la Federación tomó en cuenta otra variable para hacer la elección: el número de partidos arbitrados en esa temporada, que estaba a punto de terminar.
- Pedro Escartín: 14 partidos
- Pelayo Serrano: 10 partidos
- Guillermo Comorera: 10 partidos
Finalmente, estos tres árbitros fueron los elegidos para acudir a Amsterdam. ¿Y por qué este lío de nombres? En primer lugar, la noticia sobre Cruella, Vilalta y Comorera parece ser un poco "fantasiosa". Y El Mundo Deportivo hace bien en achacársela al Colegio Catalán. En segundo lugar, la información sobre Murguía, Serrano, Escartín y Llovera la ofreció el Colegio Nacional y la dio como segura.
Sin embargo, de lo que nadie se dio cuenta (y explica muy bien Comorera en la información final) es de que los nombramientos no los hacía el Colegio Nacional, sino la Federación Española de Fútbol. Hoy en día sigue pasando lo mismo con los colegiados internacionales. Quien propone a FIFA los nombres no es el CTA (por mucho que diga el As), sino la RFEF. Incluso este año está habiendo "discusiones" entre Sánchez Arminio y Villar por decidir a qué colegiado sustituye Velasco Carballo en la lista definitiva.
Pero volviendo a 1928, el Colegio Nacional propuso para Amsterdam a Murguía, Serrano, Escartín y Llovera. Al llegar la lista a la Federación, se les recordó que no eran cuatro, sino tres, los que debían figurar en la lista oficial. Asumiendo sus responsabilidades, la Federación decidió añadir a la votación el número de partidos y de ahí salió la lista definitiva: Pedro Escartín Morán, Pelayo Serrano y Guillermo Comorera Gatuellas.
Hasta aquí la verdad demostrada. Ahora podríamos entrar en cotilleos de pasillo y recordar la campaña que iniciaron, tras los Juegos, la Federación Vizcaina, el Colegio Vizcaino y los árbitros vizcainos, que llevó a fuertes sanciones a algunos de ellos. La campaña estuvo dirigida contra el secretario de la Federación, Sr. Cabot, al que acusaban de haberse inventado nuevas reglas para la designación de los árbitros olímpicos. Y sí. Para los morbosos, don Ricardo Cabot era catalán y dirigente de la Federación Catalana.
Ahora que a mí me ha quedado clara esta historia, espero que a vosotros también, me apetece mucho indagar en otras historias similares: ¿Por qué acudió Díaz Vega al mundial de Estados Unidos cuando debía haberlo hecho Martín Navarrete (según deja entrever este último en algunas entrevistas)? ¿El nombramiento de López Nieto para el mundial de Corea/Japón fue un regalo, dejando en la cuneta a Mejuto González (esto también lo he leído por ahí)? ¿Qué hay detrás de la polémica Franco Martínez/Guruceta Muro para acudir al mundial de Argentina 1978? ¿Era Ortiz de Mendíbil la primera opción para México 1970, o fue allá tras la muerte de Gardeazábal Garay (en el que sería su cuarto mundial)?
En fin, el párrafo anterior no deja de ser un vil ejemplo del peor cotilleo, pero son cosas que se leen y que, por qué no, me apetece investigar. Por supuesto, todas las dudas que he planteado no implican que no me gusten los que fueron y que preferiría que los nombramientos hubieran sido los otros. Realmente, me dan igual. No tengo datos para opinar.
Debemos remontarnos a 1924, cuando la Federación decide hacer una votación entre todos los colegios regionales de árbitros para nominar a cinco colegiados como árbitros internacionales. Según lo que he podido leer, este sistema se mantuvo hasta 1930. Puede que durante algunos años más, pero esto no lo he podido confirmar. Un hilo más que investigar. Y ya van...
Pues eso, que de cara a los JJOO de Amsterdam se realizó la preceptiva votación. Antes de darse la lista definitiva de los votos, El Mundo Deportivo dio la noticia de que el Colegio Nacional había solicitado al Colegio Catalán información sobre los siguientes árbitros para enviarlos a los JJOO: Agustín Cruella, Agustín Vilalta y Guillermo Comorera. El Colegio Catalán supuso que esta nominación para los Juegos iba acompañada de su ascenso a la categoría de internacionales. El Mundo Deportivo, además, añadía que estos tres colegiados se unían en esa categoría a otro catalán, José Llovera, indicando que era todo un record del arbitraje catalán. La noticia añadía que los tres árbitros habían aceptado el ofrecimiento de la Federación y estaban listos para partir hacia Holanda.
Unos días más tarde, el propio El Mundo Deportivo rectificaba la noticia, no dejando en muy buen lugar al Colegio Catalán. En esta segunda información se daba una primera lista de la votación seguida en toda España. Los cuatro árbitros que debían acudir a Amsterdam eran, por orden de votación:
- Pelayo Serrano (Colegio Vizcaino)
- Pedro Escartín (Colegio del Centro)
- José Murguía (Colegio Guipúzcoano)
- José Llovera (Colegio Catalán)
Llovera había empatado a votos con el quinto clasificado (por ahora no sabemos quién es), pero se había decidido su inclusión en la lista dado que ya obstentaba la categoría de internacional (lo que implica que el quinto no lo era).
Todo parecía resuelto, pero empiezan a surgir los problemas. En primer lugar, alguien de la Federación se da cuenta de que no pueden enviar a cuatro colegiados, porque la FIFA les había solicitado solo tres nombres, lo que les hace cambiar la lista. Y aquí salta la sorpresa: la lista definitiva consta de Pelayo Serrano, Pedro Escartín... y Guillermo Comorera, este último del Colegio Catalán.
Pelayo Serrano no acepta esa terna y renuncia a su nombramiento por carta. Según la información de La Vanguardia, Serrano se encontró con Comorera al bajarse del tren en Amsterdam, lo que concuerda con el Informe Oficial del Comité Organizador de los JJOO de Amsterdam que da el nombre de los tres como árbitros españoles en el torneo de fútbol. Sin embargo, la nueva información de El Mundo Deportivo deja entrever que Serrano renunció al nombramiento. Aunque tal vez luego se desdijera y tomara el tren a Amsterdam. Por cierto, que Serrano no llegó a participar de ningún modo (árbitro o linier) en los JJOO.
Mientras El Mundo Deportivo explica la polémica de la carta y despide a Comorera en la estación, aprovechan para contar la historia de los nombramientos. Y esta es:
La Federación solicitó a cada una de las regionales el nombre de 10 árbitros que ellos veían capaces de representar al arbitraje español en los Juegos. La votación fue como sigue:
- José Murguía: 6 votos
- Pelayo Serrano: 6 votos
- Pedro Escartín: 6 votos
- José Llovera: 5 votos
- Agustín Cruella: 5 votos
- Pedro Vallana: 5 votos
- Guillermo Comorera: 5 votos
- Ramón Melcón: 4 votos
- Ezcurdia: 4 votos
- Agustín Vilalta: 4 votos
Según esto, los nombramientos ya estarían definidos: Murguía, Serrano y Escartín. Sin embargo, la Federación tomó en cuenta otra variable para hacer la elección: el número de partidos arbitrados en esa temporada, que estaba a punto de terminar.
- Pedro Escartín: 14 partidos
- Pelayo Serrano: 10 partidos
- Guillermo Comorera: 10 partidos
Finalmente, estos tres árbitros fueron los elegidos para acudir a Amsterdam. ¿Y por qué este lío de nombres? En primer lugar, la noticia sobre Cruella, Vilalta y Comorera parece ser un poco "fantasiosa". Y El Mundo Deportivo hace bien en achacársela al Colegio Catalán. En segundo lugar, la información sobre Murguía, Serrano, Escartín y Llovera la ofreció el Colegio Nacional y la dio como segura.
Sin embargo, de lo que nadie se dio cuenta (y explica muy bien Comorera en la información final) es de que los nombramientos no los hacía el Colegio Nacional, sino la Federación Española de Fútbol. Hoy en día sigue pasando lo mismo con los colegiados internacionales. Quien propone a FIFA los nombres no es el CTA (por mucho que diga el As), sino la RFEF. Incluso este año está habiendo "discusiones" entre Sánchez Arminio y Villar por decidir a qué colegiado sustituye Velasco Carballo en la lista definitiva.
Pero volviendo a 1928, el Colegio Nacional propuso para Amsterdam a Murguía, Serrano, Escartín y Llovera. Al llegar la lista a la Federación, se les recordó que no eran cuatro, sino tres, los que debían figurar en la lista oficial. Asumiendo sus responsabilidades, la Federación decidió añadir a la votación el número de partidos y de ahí salió la lista definitiva: Pedro Escartín Morán, Pelayo Serrano y Guillermo Comorera Gatuellas.
Hasta aquí la verdad demostrada. Ahora podríamos entrar en cotilleos de pasillo y recordar la campaña que iniciaron, tras los Juegos, la Federación Vizcaina, el Colegio Vizcaino y los árbitros vizcainos, que llevó a fuertes sanciones a algunos de ellos. La campaña estuvo dirigida contra el secretario de la Federación, Sr. Cabot, al que acusaban de haberse inventado nuevas reglas para la designación de los árbitros olímpicos. Y sí. Para los morbosos, don Ricardo Cabot era catalán y dirigente de la Federación Catalana.
Ahora que a mí me ha quedado clara esta historia, espero que a vosotros también, me apetece mucho indagar en otras historias similares: ¿Por qué acudió Díaz Vega al mundial de Estados Unidos cuando debía haberlo hecho Martín Navarrete (según deja entrever este último en algunas entrevistas)? ¿El nombramiento de López Nieto para el mundial de Corea/Japón fue un regalo, dejando en la cuneta a Mejuto González (esto también lo he leído por ahí)? ¿Qué hay detrás de la polémica Franco Martínez/Guruceta Muro para acudir al mundial de Argentina 1978? ¿Era Ortiz de Mendíbil la primera opción para México 1970, o fue allá tras la muerte de Gardeazábal Garay (en el que sería su cuarto mundial)?
En fin, el párrafo anterior no deja de ser un vil ejemplo del peor cotilleo, pero son cosas que se leen y que, por qué no, me apetece investigar. Por supuesto, todas las dudas que he planteado no implican que no me gusten los que fueron y que preferiría que los nombramientos hubieran sido los otros. Realmente, me dan igual. No tengo datos para opinar.
3 comentarios:
Enorme trabajo César. Y precioso.
Lo que me ha demostrado esta rectificación en mis informaciones es que ya en 1928 la prensa tenía cierta propensión a "fabular". Cada vez tengo más dudas de las hemerotecas como fuente.
Ya va siendo hora que desde la Federación y el CTA se impliquen en un proyecto de Historia del Arbitraje Español. Medios no les faltan; información, tampoco. Y conozco a un par de árbitros que se dedican a esto de la historia del fútbol y a unos cuantos historiadores que sabrían hacerlo muy bien.
Ánimo, don Victoriano y don Ángel. Hagan algo así y su nombre quedará permanentemente unido a la historia de la Federación.
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